jueves, 15 de abril de 2010

Árboles de kilowatios



Paulownias de un año de edad en Navarrés, donde antes había naranjos.

Una firma valenciana, Cotevisa, ensaya con éxito la plantación de especies vegetales de crecimiento rápido para su aprovechamiento energético

Una empresa valenciana, Cotevisa (Comercial Técnica y Viveros, SA), radicada en L’Alcúdia, viene experimentando con éxito la implantación de cultivos energéticos como alternativas viables a producciones agrícolas tradicionales que ahora no son rentables.

La especie ‘estrella’ es la paulownia, un árbol procedente de China que tiene un crecimiento rapidísimo, realmente espectacular, con desarrollos de varios metros por año. Además, una vez se corta el tronco para su aprovechamiento, el tocón vuelve a brotar, reanudándose el ciclo de crecimiento sin necesidad de plantar de nuevo. Además, en este caso aún es más rápido el desarrollo, porque se aprovecha la gran capacidad radicular.

Central térmica

No se trata de cultivos para producir biocombustibles, sino para generar electricidad. La madera se emplea para quemarla en una caldera, produciendo vapor de agua que mueve una turbina asociada a un generador eléctrico. Igual que en cualquier otro tipo de central térmica, pero en vez de utilizar carbón, fuel o gas, se emplea biomasa (madera) que ha sido obtenida específicamente para esta finalidad, con lo que se cierra el ciclo de aprovechamiento del carbono: Las plantas (árboles en este caso) crecen a base de absorber de la atmósfera CO2 y convertirlo, mediante la fotosíntesis, en materia orgánica, y estos, al quemarse en la caldera, vuelve a convertirse en CO2, y así sucesivamente.

Otro procedimiento de aprovechamiento de la biomasa es mediante su fermentación anaeróbica (sin oxígeno) para producir metano, utilizado a continuación como combustible en un motor que mueve el generador eléctrico.

Este sistema es el que se está extendiendo, por ejemplo, en las modernas instalaciones ganaderas, para eliminar los residuos de los animales de una forma sostenible, minimizando las fuentes contaminantes y produciendo energía aprovechable y abonos para agricultura y jardinería.

Lorenzo García, director de investigación y desarrollo de Cotevisa, ha explicado que, en todo caso, la viabilidad de posibles plantaciones de paulownia, o de cualquier otra especie aprovechable para biomasa, depende de la existencia de centrales térmicas que demanden este tipo de combustible. El conjunto (térmicas y cultivos asociados) es rentable porque los precios de la electricidad final generada están primados por el Gobierno, dentro de su política de promover el desarrollo de fuentes de energía renovables.

Precio subvencionado

Los precios del kilowatio/hora para este tipo de actividad oscilan entre 16 y 19 céntimos y el estudio de rentabilidad global realizado por Lorenzo García demuestra su viabilidad, con ganancias netas anuales de 3.600 euros por hectárea de paulownia en plantaciones programadas con cortes a diez años.

Estas cifras demuestran, según el responsable de Cotevisa, que una finca con estos árboles resulta más competitiva ahora que la mayoría de cultivos tradicionales que hay en la Comunitat Valenciana, por lo que está proponiendo a las cooperativas que se arriesguen a adentrarse en el terreno energético. El planteamiento que hace García a las cooperativas y agricultores en general es sencillo: en todos los municipios proliferan las fincas abandonadas de naranjos, frutales de verano y hortalizas, porque sus dueños se han cansado de perder dinero año tras año.

No saben qué hacer con las tierras y, mientras tanto, las cooperativas pierden potencia de negocio. Es evidente que conviene sondear alternativas. Por ejemplo, la de los cultivos energéticos.

Superada la fase inicial de espejismos que ocasionó la posibilidad de orientar cultivos agrícolas a la obtención de biocombustibles (la realidad ha demostrado su enorme limitación), la opción está en producir biomasa para generar electricidad. Es decir, lo que propugna Cotevisa y ya experimenta con éxito en varias zonas de España.

De entre todos los cultivos posibles, esta empresa ha llegado a la conclusión de que la paulownia es el más adecuado a las condiciones agroclimáticas de muchas comarcas valencianas.

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