En una resolución adoptada con el apoyo de 341 votos a favor, 263 en contra y 26 abstenciones, los eurodiputados apuestan porque estos compromisos sean vinculantes e incluyan objetivos nacionales.
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En una resolución adoptada con el apoyo de 341 votos a favor, 263 en contra y 26 abstenciones, los eurodiputados apuestan porque estos compromisos sean vinculantes e incluyan objetivos nacionales.
Además, lamentan la falta de ambición de Bruselas al fijar en un 27 por ciento el objetivo de consumo de renovables (sin metas individuales por países) y renunciar a una cuota de ahorro energético, pese a que para el periodo de 2020 sí se situó en un 20 por ciento. La Eurocámara y el Ejecutivo comunitario sí coinciden en la ambición de rebajar en un 40 por ciento las emisiones contaminantes en 2030, con respecto a los índices de 1990.
"Una amplia variedad energética y una mayor eficiencia será la mejor opción para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, impulsar las nuevas tecnologías e innovación, crear empleo y hacer que nuestras economías sean más 'verdes'. Por eso necesitamos tres objetivos vinculantes", ha declarado la ponente responsable de este texto, la eurodiputada belga del PPE Anne Delvaux.
Sin embargo, otro de los ponentes, el polaco de ECR Konrad Szymanski, ha retirado su apoyo al texto al considerar que "no es realista doblar" los objetivos de emisiones de 2020 a 2030 y ha apelado por redefinir una política climática "realista, flexible y rentable".