Uno de los grandes enemigos del medio ambiente es el
plástico. Los plásticos son polímeros derivados del
petróleo, es decir, macromoléculas, que tienen excelentes propiedades: flexibles, duraderos, livianos, versátiles, no se oxidan y son de bajo costo. Pero al ser materiales artificiales, no existen mecanismos en la naturaleza para su rápida degradación.
Problema de la basura plástica.
Estamos generando millones de toneladas de
basura plástica y solo reciclamos un 50%, por lo tanto vertemos millones de toneladas al año que contaminan la tierra, el aire, el
agua, los
océanos, y a todos los seres vivos, nosotros incluidos.
La alternativa de los Bioplásticos.
Los bioplásticos es una alternativa al plástico tradicional derivado del petróleo, que se fabrica a partir de materias primas naturales y renovables.
El bioplástico es
menos contaminante que el plástico derivado del petróleo pues en su producción se emite menos dióxido de carbono y es realmente
biodegradable, a diferencia del plástico sintético, al que hay que añadir una pequeña parte de metales pesados para que las cadenas de polímeros se desintegren. Estos plásticos derivados del petróleo biodegradables se les denomina
oxo-biodegradables (OBD). Hay que tener cuidado porque estos plásticos. La
European Bioplastics (EB) informa que no cumplen con la
Directiva europea 94/62/CE de Envases y sus Residuos, con referencia a su biodegradabilidad (biodegradables en condiciones de compostaje) y representan un problema muy serio para el medioambiente.
Los plásticos tradicionales (polietileno, polipropileno, etc), que ya publicamos como
diferenciarlos, están sintetizados a partir del petróleo por la industria petroquímica. Teniendo en cuenta el encarecimiento del precio del petróleo, esta técnica puede tener un enorme impacto económico y medioambiental muy importante. Por este motivo la industria y multitud de universidades a instituciones científicas está buscando alternativas a productos no basados en combustibles fósiles. Aquí os muestro unas cuantas:
Bioplásticos basados en el Tomate.
El
Instituto de Ciencias de Materiales de Sevilla del CSIC han creado un
plástico biodegradable realizado a partir de la cutina vegetal de la piel del tomate que ya comentamos en anteriormente este
blog.
Bioplásticos basados en las Aguas Residuales.
La
Universidad de Granada ha diseñado un sistema que convierte las aguas residuales procedentes de la agricultura en bioplásticos, a través del uso de bacterias fijadoras de nitrógeno que almacenan los biopolímeros. Los investigadores han logrado obtener plásticos de propiedades análogas a los polímeros termoplásticos procedente del petróleo, a partir de una biotecnología fermentativa aplicada a aguas residuales procedentes de la obtención del aceite de oliva (alpeorujo).
El alpeorujo genera importantes efectos medioambientales, sobre todo en la alteración de la fertilidad del suelo y la liberación de compuestos tóxicos a la atmósfera.
Las bacterias fijadoras de nitrógeno de vida libre de la familia de las Pseudomonadaceae (Azotobacter sp) son capaces de almacenar, por vía intracelular, biopolímeros (polihidroxialcanoátos) de propiedades plásticas análogas a las de algunos polímeros termoplásticos procedentes del petróleo.
Los científicos de la Universidad de Granada han aprovechado este metabolismo para conseguir una viable y optimizada producción de biopolímeros a través de la valorización de agua residual agrícola de gran impacto medioambiental (debido a su carga órganica y fitotoxicidad) en algunas áreas de Andalucía, como es el alpeorujo.
Bioplásticos basados en Plumas de Gallinas.
Recientemente, en unas reuniones de la
American Chemical Society,
Yiqi Yang, de la
Universidad de Nebraska-Lincoln,
Estados Unidos, dio a conocer un nuevo tipo de bioplástico hecho a base de desperdicios de plumas de gallina.
Las plumas de gallinas son abundantes y son baratas, ya que son algo que de otro modo sería desechado como basura. En Estados Unidos nomás, se generan 1360 millones de kilos por año. Las plumas están compuestas en su mayor parte por queratina, una proteína que también se encuentra en cuernos de animales, así como en nuestro pelo y uñas.
Con esta proteína se puede hacer un tipo de plástico conocido como termoplástico, que es una película que cuando es calentada se contrae. Este tipo de termoplástico diseñado por Yang es más fuerte que otros realizados con fuentes biológicas, y puede ser reciclado sin perder sus propiedades. A la vez es puede degradarse sin dañar al medioambiente.
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