lunes, 25 de octubre de 2010

La biomasa convierte los residuos en recursos energéticos



La generación de energía a partir de fuentes alternativas se ha convertido en una herramienta estratégica de primer orden para el desarrollo sostenible de nuestra sociedad. La cada vez más conocida biomasa contribuye a la producción de energía por medio de procesos ecológicos, algo imprescindible en un planeta al que se le están agotando los recursos energéticos. Eventos como la reciente celebración en Madrid de la tercera edición de la Conferencia Internacional sobre Obtención de Energía a partir de Residuos y Biomasa refuerzan la convicción de que es necesario implantar un nuevo modelo energético español basado en la biomasa.

Se denomina biomasa al combustible energético obtenido directa o indirectamente de los recursos biológicos. Esta energía no es algo nuevo. El hombre siempre se ha beneficiado del valor energético de la biomasa. Por ejemplo, quemándola para calentarse o cocinando alimentos. Sin embargo, ahora el concepto posee un sentido mucho más amplio. Actualmente, la energía de la biomasa deriva de materiales vegetales y animales, como madera de bosques, residuos de procesos agrícolas y forestales o basura humana, animal o industrial.
La energía de la biomasa derivada de materiales vegetales proviene del valor calorífico que tengan dichos materiales. Por lo tanto, este valor energético obtenido de la biomasa es renovable, ya que imita procesos naturales, pero en una tasa más rápida. Utilizar esta energía no añade dióxido de carbono al medio ambiente. Además, puede ser procesada convenientemente en combustibles sólidos, líquidos y gaseosos y es la fuente renovable de energía que almacena la energía solar con mayor eficiencia.
¿Qué hacemos con la biomasa?

La energía de la biomasa derivada de materiales vegetales proviene del valor calorífico que tengan dichos materiales
Los biocombustibles son una aplicación cada vez más recurrente de la energía obtenida de la biomasa. Se trata de combustibles de origen biológico cuya misión es reducir el volumen total de CO2 emitido en la atmósfera, ya que lo absorben a medida que crecen. Principalmente proceden del azúcar, del trigo, del maíz y de las semillas oleaginosas. Las nuevas legislaciones de Europa y Estados Unidos obligan a la mezcla de pequeñas proporciones de biocombustibles con otros combustibles en aras de la prevención del efecto invernadero.
Como ejemplo de biocombustible encontramos el biodiesel, fabricado a partir del girasol o la soja, entre otros materiales vegetales, y que pretende sustituir el diesel en los vehículos que precisan de este combustible. Otro biocombustible es el bioetanol: alcohol que se obtiene a partir del maíz, el sorgo, la caña de azúcar o la remolacha. Permite sustituir las gasolinas que contaminan el medio ambiente en cualquier proporción.
El principal motivo para usar la biomasa como fuente energética es su condición de combustible renovable, que además no emite CO2
La biomasa puede incluirse en otros procesos energéticos y, lo más importante, “verdes”, a través de plantas de procesamiento que se encargan de sacar el máximo rendimiento a este tipo de energía.
¿Por qué debemos utilizar la biomasa?

El principal motivo para hacer uso de la biomasa como fuente energética es su condición de combustible renovable, que además no emite CO2. Por otro lado, una parte de la biomasa procede de materiales residuales que es necesario eliminar. Por ello, al convertir un residuo en un recurso hacemos un doble favor al medio ambiente. Esta energía limpia, moderna y segura cuenta con las tecnologías de última generación necesarias para su óptimo aprovechamiento. Un hecho a tener en cuenta es que se trata de un recurso nacional, por lo que se garantiza una mayor estabilidad de los precios al no depender de fluctuaciones exteriores.

España apuesta por la biomasa

La última de las plantas de biomasa abiertas en nuestro país inició su andadura el pasado 1 de septiembre de 2010 en sus instalaciones situadas en Briviesca (Burgos). Se trata de la primera planta de Castilla y León dedicada exclusivamente a la producción eléctrica a partir de residuos herbáceos. Se estima que quemará unas 100.000 toneladas de paja al año, que supondrán la energía equivalente al consumo de 50.000 hogares. Existen otras plantas de biomasa en las provincias de León y Soria, así como en otras comunidades españolas, lo que da idea de la pujanza cada vez mayor de un recurso energético limpio y ecológico que podría, en un futuro próximo, tomar el testigo como la energía más utilizada en España.

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