Es una vuelta más de tuerca al impulso por una movilidad sostenible que como tal, debe impulsar soluciones para las personas más desfavorecidas. En este caso, el municipio valenciano de Gandía, tras haber puesto en marcha a principios de mayo Labici, el sistema de alquiler público de bicicletas, acaba de presentar una novedad que convierte a la ciudad en pionera en toda Europa: la adaptación del servicio para que puedan hacer uso del mismo personas con movilidad reducida.
El empresario Felipe García-Villarrubia, vecino del municipio y discapacitado en silla de ruedas a causa de un accidente, cuya empresa diseña bicicletas, sillas y otros elementos para la práctica deportiva de personas con discapacidades físicas, ha dado forma al modelo de bicicleta adaptada, que se encuentra operativa en periodo de pruebas.? Según ha señalado el concejal de Movilidad de la ciudad, Vicent Mascarell, Gandía refuerza de esta manera "su compromiso por la igualdad y la adaptación máxima de las personas con discapacidad", acercando la posibilidad de participar en un fenómeno que en Gandía ha roto todas las expectativas iniciales, con más de 4.000 abonados en apenas un mes.
Mascarell ha destacado la importancia de esta iniciativa para la ciudad y la apuesta por la integración con un sistema innovador. Según explicó, Gandía apuesta por que "aquellas personas que por diferentes motivos tienen una discapacidad física, puedan disfrutar de la bicicleta para desplazarse por la ciudad con facilidad y de forma sana y saludable".
Por su parte, García-Villarrubia ha explicado que han intentado hacer la bicicleta más ligera posible, buscando más que la estética fuera lo más parecido posible a las del resto de bicicletas que completan Labici, y ha señalado que desde Amsterdam "ya tenemos demanda para que este tipo de bicicletas llegue a Holanda", siendo así Gandía un referente y un modelo a seguir para la ciudades europeas
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