Los coches eléctricos del futuro están a la vista en el Salón del Automóvil de Detroit 2010, pero su lanzamiento y éxito en el mercado dependen de lo persuasivos que sus promotores puedan ser de cara a los conductores.
Volkswagen lo llama E-Up!, Mercedes llama al suyo BlueZero y Audi bautizó a su propio e-tron. Estos automóviles tienen dos cosas en común: son puestos en movimiento por un sistema de propulsión eléctrica y no han sido lanzados al mercado todavía. De momento, los tres vehículos están a la vista de los visitantes del Salón del Automóvil de Detroit 2010, inspirándolos a todos a pensar: “¿Acaso quiero realmente conducir un auto eléctrico?”.
Christian Malorny, conocedor de la industria automotriz y miembro de la sucursal alemana de McKinsey, una empresa de consultoría estratégica, pronostica que para el año 2015 los “E-Autos” representarán el 16 por ciento de los coches circulando en las megaciudades del mundo; los Estados y Gobiernos de las ciudades están fomentando desde ya la compra de autos eléctricos.
Fomentando la compra
“En este instante tiene lugar una suerte de competencia entre los países en materia de movilidad eléctrica; los Gobiernos mismos la están estimulando considerablemente. Por ejemplo, invirtiendo en la investigación científica en los campos de la tecnología electromotora y de baterías, y también en el mercadeo de estos nuevos automóviles para persuadir a los consumidores finales y poder fabricar una cantidad rentable de unidades lo antes posible”, explicaba Malorny en una rueda de prensa virtual, agregando que los fabricantes de automóviles alemanes tienen pautado lanzar sus primeros modelos entre 2011 y 2012.
Un estudio de McKinsey, realizado en las megaciudades Nueva York, Shangai y París, sugiere que apelar a estímulos económicos o tributarios para fomentar la compra de E-Autos sería un error. En Shangai, a los potenciales compradores les gustaría recibir una subvención estatal; pero en Nueva York, por ejemplo, lo que se planea es permitir la circulación de autos eléctricos por las franjas de calle hasta ahora reservadas para los autobuses. En otras ciudades se habla de permitirles estacionar sin pagar por ello. El obstáculo más grande sigue siendo la falta de infraestructura: los surtidores de electricidad para autos. Al principio, cada quien tendrá que abastecerse en casa.
Los surtidores vienen en camino
“En un segundo paso veremos que los dueños de restaurantes, estacionamientos privados, tiendas de ropa y comida rápida instalarán surtidores de electricidad para autos en sus empresas. Ellos proveerán de electricidad a sus clientes mientras éstos comen, se estacionan o compran. Los empleadores ofrecerán el mismo beneficio a sus empleados”, predice Malorny. Más tarde se instalarán los onerosos surtidores de electricidad públicos financiados con dinero de los contribuyentes; sin ellos el Gobierno alemán no podrá alcanzar la meta de poner a circular un millón de E-Autos de aquí al año 2020.
Sin embargo, la decisión final a la hora de comprar un automóvil está en manos de los conductores, y esta decisión la toma el corazón y no la cabeza. Al menos eso sostiene Stefan Sielaff, director del departamento de diseño de Audi, cuando se le pregunta por la importancia del aspecto exterior de un vehículo ahora que los políticos y los industriales le dan mayor valor a su perfil ecológico. Él está convencido de que la tendencia a comprar autos por la belleza de sus formas ha aumentado en las últimas décadas junto al poder adquisitivo de los consumidores de Occidente.
“Los compradores pueden darse el lujo de pagar lo justo por su valor estético en lugar de adquirir un cacharro que los lleve de un punto a otro. Después de todo, las personas siempre dicen algo de sí mismas a través de sus coches: cómo son o cómo quisieran ser”, agrega Sielaff, argumentando que el diseño es la razón de compra número uno entre los clientes de Audi, pero consciente de que las exigencias del mercado automotriz están cambiando.
“Está claro que debemos prestarle atención al aspecto ecológico del vehículo y a cómo se transformará su sistema de propulsión en el futuro, aún cuando eso no ocurra de hoy para mañana”, dice Sielaff y añade: “Pero se debe llegar a un compromiso, a una combinación de propulsión ecológica y emoción. Yo no creo que en este momento se pueda vender bien el tema de la propulsión eléctrica apelando solamente a la razón. Uno tiene que ofrecer alguna forma de estímulo estético”, asegura el director de diseño de Audi
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